“Las sociedades humanas deben vivir con el riesgo que representan los peligros de la naturaleza. …No obstante, no somos en absoluto incapaces de prevenir y mitigar los efectos de los desastres “ Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015, Aumento de la Resiliencia de las Naciones y las Comunidades ante los Desastres, EIRD/ONU
“Todos los años, más de 200 millones de personas resultan afectadas por las sequías, inundaciones, ciclones, terremotos, incendios forestales y otras amenazas. Además de la pobreza, la creciente densidad de la población, la degradación ambiental y el calentamiento global están logrando que el impacto de las amenazas naturales empeore aún más.” (Documento de Hyogo, EIRD/ONU)
El consenso de 168 Estados de la Tierra suscribió el Documento de Hyogo en enero de 2005, en Kobe, Japón, sensibilizados profundamente y preocupados por la reducción de la vulnerabilidad, sobre todo después del grave tsunami que azotó el Sudeste Asiático en diciembre de 2004. Este documento se materializó en el “Marco de Acción de Hyogo,2005-2015, aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres”, que “ofrece asistencia a los esfuerzos de las naciones y comunidades para volverse más resistentes a las amenazas que ponen en riesgo los beneficios del desarrollo y para enfrentarlas de mejor forma.”
Pese a esos esfuerzos y las acciones de prevención–mitigación adoptadas por varios países, todavía se observa que, mientras los desastres se incrementan día a día en distintas regiones del planeta, aún no se invierte lo suficiente para revertir esta situación. Se debe entonces, modificar la actitud y reforzar las políticas de reducción de vulnerabilidades para fomentar un futuro más seguro, estable, sostenible y equitativo para todos
El domingo 17 de mayo, Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas dio a conocer el primer Informe de Evaluación Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, en el Reino de Bahréin, donde manifiesta que “el riesgo de desastres está aumentando de forma alarmante y está amenazando los beneficios del desarrollo, la estabilidad económica y la seguridad global, al tiempo que crea un impacto desproporcionado en los países en desarrollo y en las zonas pobres rurales y urbanas”
El Reporte Mundial está basado en una nutrida base de datos, fruto de la recopilación de información acerca de diversos tipos de amenazas como inundaciones, ciclones, terremotos, aludes, sequías y tsunamis, en un período de 32 años que va desde 1975 hasta 2007. Estos datos han sido “compactados” de modo que se pueda ofrecer de forma nítida y precisa, una serie de “tendencias globales” sobre el riesgo de desastres, suministrando también valiosas herramientas para la reducción de eventos adversos.
Es importante destacar que esta evaluación mundial, también hace hincapié en las condiciones de deterioro de los ecosistemas, una gobernabilidad urbana pobre, medios de vida precarios en zonas rurales que, combinados con una débil protección social y la amenaza del cambio climático, promueven un “aumento dramático de desastres” junto al incremento de la pobreza.
Como vemos, esta advertencia destinada a todos los tomadores de decisión, los gobiernos y comunidades de la Tierra, debería ser analizada en profundidad de modo que motive a abordar de otro modo los desastres, su origen, causas y consecuencias. Si en cada Estado, país y región, se toma muy en serio el contenido de este Informe Global, se podrá realmente enfocar las políticas de desarrollo desde los riesgos subyacentes de un modo integral, enfocado en la reducción de una amplia gama de vulnerabilidades que aún no son gestionadas adecuadamente.
El estudio de 200 páginas precisa que los pobres, tanto en países ricos como menos desarrollados, continuarán pagando el costo más alto ante los desastres.
( Nos acompaña imagen perteneciente a la web Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja)
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