14 ene 2008

EN TURISMO ,LA COMUNICACIÓN PREVENTIVA Y LOS SISTEMAS DE ALERTA TEMPRANA SALVAN VIDAS


Segun conceptos avalados por la EIRD/ONU , un SAT ( Sistema de Alerta Temprana) es la "provisión de información oportuna y eficaz a través de instituciones identificadas, que permiten a individuos expuestos a una amenaza, la toma de acciones para evitar o reducir su riesgo y su preparación para una respuesta efectiva “.
Cuando las personas se desplazan de su lugar de origen a otros sitios, por razones turísticas o bien por otras múltiples necesidades,muchas veces desconocen las características socioculturales , económicas, políticas, etc del lugar al que han debido viajar. Tampoco saben o comprenden a qué peligros de origen natural o antropicos tecnológicos pueden estar expuestas.
Esta situación de desconocimiento aumenta la vulnerabilidad de las personas , sean turistas o meros visitantes ocasionales. Esta población "flotante" debe ser tenida muy en cuenta por los responsables de la prevención de riesgos, comunicando en forma continua, planificada , estratégica , utilizando tácticamente todos los instrumentos que la Comunicación de Riesgos ofrece.Un Sistema de Alerta Temprana , correctamente diseñado y oportunanente implementado ,permitirá salvar más vidas, las de las personas que no son del lugar y también de aquellos a los que hay recordarle -en forma permamente- sobre los peligros con los que hay que convivir y tambièn gestionar, reduciendo nuestras vulnerabilidades.
Copiamos a continuación una nota publicada por el diario La Voz del Interior, de Cordoba. Los y las invitamos a compartir esta información.

Fuente: La Voz del Interior-13/01/2008
BAÑISTAS SIN RED
Muchos de los que se ahogaron no conocían el terreno porque no eran del lugar. O no contaban con indicaciones de parte de las autoridades

Francisco Panero
( periodista de La Voz del Interior)

Puede decirse que los bañistas en la provincia de Córdoba sufren, en general, del mal de la improvisación. Primero, porque no toman las precauciones necesarias para enfrentarse a las condiciones de seguridad que requiere cada curso de agua, algo que en las serranías presume características muy peculiares. Muchos pecan por incautos o confiados; y hay otros, más temerarios, que parecieran no tener el menor respeto por el agua. Pero además de esta (in) conducta individual, la improvisación se sufre porque desde el Estado –en cualquiera de sus niveles– no siempre se les ofrece a los bañistas la infraestructura, las indicaciones ni las medidas de seguridad o de control que les eviten caer en la desgracia.

Ayer murió otro bañista en Santa Rosa de Calamuchita. Un turista bonaerense de 35 años, identificado por la Policía como Walter Marcelo Pasinato, se ahogó tras internarse en el río, en el balneario El Puchuqui. Estaba con su esposa y sus dos hijos, y en un momento desapareció.

Este turista, oriundo de Escobar, representa la octava muerte de asfixia por inmersión en Córdoba en lo que va del año, y parece confirmar esta “doble vía” de imprevisión de la que sufren los bañistas y que se manifiesta en personas de distintas edades y sexos, que en diferentes situaciones y circunstancias murieron ahogadas en ríos, embalses, piletas o estanques de la provincia. Hubo además una novena víctima en Traslasierra, pero se trataría de un suicidio, según indicó la Policía. Con esa salvedad, el detalle de los casos salpica dramáticamente todo el mapa cordobés.

Los Molinos. El martes 1° de enero, Leticia Heredia (27), de barrio Yofre de la ciudad de Córdoba, caminaba por la orilla del embalse y cayó al agua.

La Quebrada. Damián Savir (37), de barrio General Bustos de la ciudad de Córdoba, murió ahogado el jueves 3, tras saltar desde el paredón del embalse. Un cartel dice que eso está prohibido.

General Cabrera. Un bebé de 18 meses, Federico, se ahogó en una pileta de lona.

Villa Carlos Paz. El boliviano Wilson Cachaca (23) se tiró al agua luego de comer un asado con amigos. Ocurrió de noche, en el puente del centro, del río San Antonio.

Santa Rosa
. El sábado 6, en un camping de Villa Santa Mónica, en el marco de una feroz tormenta, María Candelaria Alcoatti (12) se perdió en las aguas crecidas del río Santa Rosa. En la ocasión también murió un niño de 10 años al caer un árbol sobre su carpa. Formaban parte de un contingente de scouts de Santa Fe.

Santa Rosa. El domingo 6, en el balneario Miami, Enzo Daniel Rodríguez (33), de Córdoba Capital, se arrojó al río y se golpeó la cabeza con una piedra. Al parecer, resbaló y cayó de una formación rocosa.

Villa Huidobro. Un niño de 3 años falleció el lunes 7 en un estanque de su casa.

Sin red. Como se ve, las víctimas, los escenarios, las circunstancias son diferentes, aunque aparecen puntos en común. Muchos no eran del lugar; estaban de visita o eran turistas y desconocían el terreno. La mecánica de los hechos también fue diferente, pero el resultado fue siempre penoso, irremediable y probablemente evitable.

Allegados a algunas víctimas plantearon que los bañistas cayeron “en la trampa” de una crecida, un remanso traicionero o una olla peligrosa, porque no contaban con la menor indicación de parte de las autoridades.

Como informó este diario el domingo pasado, éste será otro verano sin red de alerta de crecidas, salvo en la cuenca del río San Antonio que funciona gracias al aporte del Cihrsa (Centro de Investigación Hídricas de la Región Semiárida).

Ariel Ferrando, encargado de Defensa Civil de Villa Carlos Paz, explicó que, en caso de declararse el alerta, “según necesidad, se evacuan balnearios, se prohíbe el baño y se desaloja la vera de los ríos.

Asimismo, el funcionario indicó que está prohibido acampar a la orilla de todos los cauces y que en zona urbana hay que dirigirse a un camping.

“Debemos asociar que, si hay una lluvia o una tormenta, en las próximas horas puede haber una crecida”, indicó.

Los salvados. El primer artículo de la Ley 8.939 establece la obligación de contar con un guardavidas en todo espacio abierto, parador, balneario o, en general, en un natatorio de uso público o privado de uso público.

En esta temporada, sólo en los 34 balnearios de la cuenca del río San Antonio y de Los Chorrillos se realizaron 87 rescates (hasta el jueves). La mayoría de los socorridos fueron chicos de 4 a 15 años que, ante el descuido de sus padres, se internaron en un lugar profundo y no podían salir, además de adultos que no sabían nadar, alcoholizados y golpeados.

Horacio Castillo es fundador y director de la Escuela de Guardavidas Córdoba y participó en la redacción de la ley.

“El guardavidas hace una buena observación y de una buena observación, una buena prevención. De allí, lo que queda son sólo accidentes”, afirma.

“Un guardavidas es un respondiente (sic) básico del agua: porque da asistencia en el agua y, luego, puede dar ventilación y reanimación en tierra”, concluye.